Producimos información a un ritmo acelerado que crece todos los días a partir de datos y unidades de contenido arrojados a la web. A diario depositamos datos que sirven, no sólo para el algoritmo personalizado, si no también para empresas encargadas en negocios digitales. Anuncio por aquí, anuncio por allá por campañas publicitarias. Imágenes que bombardean la mirada saturándola de información. [1]
El exceso de abundancia informática se nos presenta como una característica común y curar entre el exceso de datos juega un papel importante de nuestras vidas diarias.
Tenemos el alcance de curar entre el exceso de información [2] y ser a su vez, algorítmicamente asistidos. [3]
“Se nos escapó de las manos” es una declaración que constantemente leemos cuando hablamos sobre Curaduría actualmente y que por cierto, aún sigue causando malestares en el sistema artístico mexicano la palabra misma. Es cierto, la Curaduría ya no está solamente en el sistema artístico desde hace ya un tiempo atrás. Tal vez, en realidad nunca lo estuvo. [4]
Si nos basamos en las palabras de Michael Bhaskar y su concepción europea sobre la Curaduría [5], podríamos observar a las campañas de marketing digital curando por medio de herramientas como la analítica web. Herramientas dispuestas por Google, hacen que veamos su papel curatorial como la síntesis de datos que agregan más valor en catálogos de venta o market places en e-commerce online.
Este tipo de estrategias de venta curadas para agregar valor cultural, económico o social, se han convertido en una manera acelerada de venta de productos u objetos en plataformas digitales de la silicolonización actual.[6] Los NTFs o el Criptoarte, por otro lado, nos hacen dar cuenta de la importancia que estan teniendo otras formas de compra y venta de arte, a partir del comercio digital y las negociaciones e-commerce.
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¿Esto sólo sería el futuro de la curaduría?
¿El poder de la selección en un mundo de excesos que agrega valor cultural, económico o social?
Interpretar el futuro es una herramienta de especulación muy potente. Me gusta pensar en la especulación de futuros probables en donde la posibilidad de hacer queda abierta. [7]
Pienso que la Curaduría tiene el derecho de escapar del mundo del arte, tanto que, es necesario repensar la figura del curador y su papel de agencia actualmente.
Dentro de mis futuros posibles, imagino y cuestiono, ¿Y si en algún momento del siglo XXI la inteligencia artificial automatizará el trabajo de la figura del curador actualmente en el arte?, ¿Qué pasaría si la curaduría ocupara un papel importante para la inteligencia artificial?, ¿Qué dispositivos se crearían?, o, ¿Qué efecto tendría esto para el sistema del arte?
La aceleración del impulso curatorial y el boom internacional de su figura en los 90´s, sirvió de primera instancia para entender al curador como un agente que generaba más valor a las instituciones. Un modelo hegemónico relacionado para atraer nuevos públicos y agregar valor “progresista” a las mismas. Esta idea que seguimos cargando, ha sido heredada por el “hacedor de exposiciones” de Harald Szeemann en 1969. En palabras de David Balzer para Curacionismo “Szeemann resuena hoy en la práctica empresarial”[8], el curador contemporáneo se ha convertido en una celebridad en donde cura su propia identidad, al igual que un político o una estrella pop. Vemos ejemplos celebridades curando espectáculos performativos como el caso de Shakira y Jennifer López en el Pepsi Super Bowl LIV Halftime Show 2020 o Kim Kardashian seleccionando productos y curando la tienda online de su Instagram. Bajo este sentido, lo curado hoy en día, se nos presenta como experiencias, con una variada selección de ítems curados, cuya organización amplia el valor de su marca, como lo vemos con empresas de marketing digital.
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Mi intención con este texto no pide desacelerar a la Curaduría, si no pensarla y potenciarla como dispositivos emancipatorios. Si es la Curaduría un arsenal para el combate del exceso de información que agrega valor, entonces, ¿Acelerarla daría mejores estrategias curadas hacia el post capitalismo? [9]
Es decir, ¿Por qué no podría curar otros procesos, herramientas o estrategias que potencien la complejidad del mundo?
Tengo una imagen futura sobre el curador como un sanador de sentidos, constructor o un unificador de la diversidad del mundo global. Pensarlo así, hace que lo curado, lo encontremos en otras disciplinas que nunca pensaron estar conectadas. Tal vez así, la curaduría potencie curar entre áreas que permitan dar agencia a la expresión de las posibilidades de conexión.
Por ejemplo, ¿Por qué no pensar que la Curaduría puede curar procesos de diseño arquitectónico que integren problemas más grandes como el cambio climático? [10]
Será necesario que la figura del curador se recree o cure, otras formas de expandir el papel curatorial hacia la diversidad del mundo actual. La Curaduría es mucho más que ese acto reduccionista de seleccionar y limitar a la complejidad para agregar más valor a algo. [11]
Para esto, habrá que declarar que, la Curaduría no sólo está en los espacios que exponemos. No sólo se trata de colocar obra, objetos a un espacio, feria o cubo blanco. Como tampoco, el colocar jpgs a una página web o replicar la misma galería a un formato digital y llenarla de modelados 3D a sus muros virtuales.
La Curaduría media la complejidad a través de sus dispositivos de enunciación.
Me gustaría creer que cambiando la forma de concebirla y su concepción de la misma, permitiría potenciar otras imágenes y otrxs mundxs posibles.
[1] Desde el prefacio de Curaduría, El poder de selección en un mundo de excesos, Michael Bhaskar nos cuenta de la consulta hecha en julio 2017 al IBM donde calcula, que en el mundo se producen más de 2.5 trillones de bytes de información cada día.
[2] En palabras de Michael Bhaskar para Curaduría, El Poder de la selección en un mundo de excesos. “Generamos más información pero también más ruido”.
[3] Sadin, Èric. 2017. La Humanidad Aumentada, Del sujeto Humanista al individuo algorítmicamente asistido. Caja negra. 2018.
[4] En palabras de Michael Bhaskar “El mundo del arte observa horrorizado en la manera en que un concepto preciado se está yendo de las manos”.
[5] Bhaskar, Michael. 2017. Curaduría, El Poder de la selección en un mundo de exesos.
[6] Sadin, Éric. 2018. La silicolonización del mundo, La irresistible expansión del liberalismo digital, Caja Negra.
[7] Inayatullah, Sohail, 2013. Estudios del futuro: teorías y metodologías. BBVA.
[8] Balzer, David. 2018. Curacionismo, Cómo la curaduría se apoderó del mundo del arte (y de todo lo demás).
[9] Srnicek, Nick, y Williams, Alex. 2013. Manifiesto por una política aceleracionista, Caja Negra, 2017.
[10] Dunne, Anthony, y Raby, Fiona, Speculative Everything. 2013. Massachusetts Institute of Technology
[11] En la concepción europea y reduccionista de Michael Bhaskar nos habla de que“la curaduría es un enfoque, una estrategia y una habilidad, una manera de atacar un conjunto diverso de problemas y escenarios. Indica que menos puede ser más”.